En primavera, los zoos nos presentan los cachorros recién nacidos, beneficiándose del masivo público.
A la temporada le sigue el otoño, que significa la muerte para muchos animales. Sobre unas prácticas intolerables.
Autor Bert Huisjes (AD magazine, 13 nov. 1999).
"Vendo de todo"
Cinco pares de ojos nos miran al abrir la puerta
del viejo remolque. Quejas de la vecindad han
llevado a estos controladores de inspección
al sitio. En el corral hacen un descubrimiento
inesperado. En un remolque herrumbroso, encuentran
a cinco adultos babuinos de Guinea acurrucándose
asustados. "El olor era increíble",
dice el controlador Jaap Reijngoud. "Los
monos habrán pasado meses allí.
Había una capa de mierda tremenda. Los
animales se pegaban a una tela metálica,
para estar secos. A una hembra sólo le
quedaba el muñón de una cola. Otro
había crecido torcido como si hubiese pasado
años en una jaula demasiado pequeña. Y a otro
incluso le salían las tripas. Con la mano
llegaban a un recipiente de agua que estaba fuera
de la jaula."
El propietario de los babuinos es un comerciante
de 34 años. "Vendo de todo", dice, "chatarra, vigas, animales. Tenía
quinientos gansos, el otro tenía cinco monos.
Me pareció un buen trato." Según él,
los babuinos venían de Bélgica y
pasaron solamente cuatro días en el remolque. "Sólo
vinieron a pasar unos días para un rodaje."
Para el director del refugio de animales exóticos
son cinco huéspedes más.
"¿Rodajes?", dice con desprecio, "Si estos monos estaban
demasiado asustados y agresivos. Son animales vendidos a bajo precio, probablemente
vendidos por un zoológico y así han llegado al comercio ilegal.
Los parques zoológicos tienen un secreto.
Crían animales sin tener sitio.
Todos los años, los recién nacidos
atraen a millones de padres y niños acompañado
de mucha publicidad. Nacen cachorros mientras que
se no le ofrece espacio vital. Aquellos animales
son el llamado surplús.
Lo que está prohibido en Alemania, pasa
en Holanda: animales de especies protegidas, tanto
jóvenes como mayores, son sacrificados.
Monos, felinos, osos, antílopes - especies
casi extinguidos - son sacrificados por medio de
una bala o inyección letal. La carne que
queda sirve de comida para los predadores.
Muchos animales, muertos o vivos, llegan al comercio
ilegal. O los venden a bajo precio a un país
lejano; Bulgaria, Egipto y Ucrania, donde al parecer
no existen problemas de surplús.Es la
otra cara del zoo.
Para el público, los osos se llaman Gordi
u Orejas, mientras que del mismo sitio desaparecen
guepardos de manera inexplicable.
Los animales tienen 'bebés',
dicen folletos alegres. Ositos polares tienen nombres
como Taco y Winner. Sin embargo, a nadie le llega
el folleto triste sobre los monos vendidos a la
República Checa o Polonia. El informe anual
presenta con orgullo el memorable nacimiento de
bebés monos araña, sin informarnos
de los cachorros oso nariz, que han llegado a la
nevera por razones de 'exceso de población'.
¿Que se hace con el surplús?
"Es un gran problema.", dice un comerciante de animales. "Los
machos siempre son un problema. Una vez mayor, amenazan el grupo. En la mayoría
de los grupos sólo hay un macho. Pero lógicamente nacen tanto
machos como hembras. ¿Y qué se hace? Yo qué sé."
Un veterinario de zoo anónimo habla. "Nos
dicen que les peguemos un tiro. Así, la carne
les sirve para los predadores. Después una
inyección
letal, la carne ya no vale. Sigue siendo un gran
tabú. Cuando se trata de monos, osos y
leones, la gente se emociona. Les da lástima.
Pero a la vez comen carne. Esa gente es hipócrita."
Oficialmente está todo bajo control.
Los once zoos holandeses alardean de cumplir
con los requisitos de alojamiento, cuidado médico
y educación del público. Practican
la eutanasia, pero muy raras veces, y solamente
en caso de enfermedad terminal. El destino de
los animales les importa tanto, dicen, que ya
no tratan con comerciantes. En lugar de eso intentan
establecer una red de intercambio de animales
(EAZA) que implica la colaboración de
250 zoológicos europeos.
Una ruptura notable, la con los comerciantes.
Han sido socios fijos de todos los parques zoológicos
durante décadas. El comerciante entregaba
los animales y se llevaba los que sobraban en
otoño. Un reportaje de hace tiempo desveló la
siguiente práctica: un comerciante se
lleva ositos y tigres de un zoo y los lleva a
Bélgica. Allí, un matarife los
mata a tiros. Todo grabado en cámara oculta.
Esas prácticas siguen existiendo. Por
lo visto, los zoos llevan una relación
con disecadores histórica. "Tuvimos
malas experiencias con ellos" cuenta un
director de zoo. Los animales tuvieron un destino
distinto del convenido." Así desapareció un
cachorro rinoceronte después de que el
comerciante se lo llevó a España. "Encontramos
al animal en un circo, dando vueltas con un sombrero
en la cabeza".
¿Qué ocurre actualmente?
"Un
buen zoo no tiene surplús", dice un
colaborador de la red de intercambio internacional. "A
los animales se les suministra la píldora.
Se separan los machos de las hembras. En el caso
de las aves, se les puede sacudir los huevos recién
puestos. Aparte de eso, hay más y más
zoos que llevan un programa de cría, con
un libro genealógico en que está registrada
la cantidad de miembros de una especie, y los miembros
que tienen derecho a parir. Así previenen
surplús y endogamia. Tampoco dependen ya
de comerciantes, ni tienen que sacar animales salvajes
de su hábitat." Es el sueño
de todos los parques zoológicos.
Sobre disecadores y parques dudosos
Una cuidadora de zoo anónima habla. "Todos
aquí hemos visto cosas malas, pero de
no hablamos. Nos excluyen. Tenemos un trabajo
maravilloso, que por ti cien otros."
Habla de una pareja de osos mayores. La dirección
del zoo decía que ya no había sitio.
"Pusieron un letrero en el lugar vacío, diciendo que habían
sido llevado a otro lugar, para participar en un programa de cría. En
realidad fueron al disecador."
Otro ejemplo es el del tigre que fue a otro
zoo. Unos meses después, la sala de exposiciones
del zoológico tuvo un nuevo tigre disecado.
La cuidadora: "¡Era el mismo animal!
La mataron. Cuentan buenas historias que de verdad
te gustaría creer, pero son mentiras."
Durante la conversación manifiesta su
preocupación por una pantera que está cuidando,
que se llama Sherl. Cree que está nominada
para ser sacrificada.
La cuidadora anónima no es la única
que raja de este tipo de escándalos. Hablamos
con unos ex-empleados del zoo más respetado,
el de Amsterdam. Hablan del horrible traspaso de
animales a zoológicos de bajo nivel. Mandaron
a un grupo de osos al zoológico de Dubai,
en cambio de un osito de especie rara. "En
Dubai organizan espectáculos con chimpancés
vestidos. Del grupo de osos sólo quedan cuatro. ¿Dónde
está el resto? ¿Muerto?"
Un empleado de un refugio
de lobos que se considera
ajeno al asunto habla de sus dudas. En un zoo
cercano solía haber una manada de once
lobos. "Un animal protegido, pero de repente
sólo quedaron cinco. No fueron a otro
zoo, simplemente se habían ido. Nosotros
del refugio informamos, y nos contestaron con
un aire distante. Aquellos animales se sacrificaron."
Un empleado de la fundación Pantera,
que acoge a tigres, leones y osos, cuenta: "Un
ochenta por ciento de nuestros animales nació en
un parque zoológico. Muchas veces también
pasaron un rato en un circo o un garito." Una
cosa extraña, dice, es que sólo
hay animales de Alemania, Bélgica y Francia. "Los
zoos neerlandeses no nos traen animales, porque
les da mala publicidad."
Una empleada del refugio de animales exóticos
dice que el problema del surplús zoológico
es un problema europeo. "Algunas especies
valen su peso en oro. De otras especies en cambio
casi no hay demanda. Como los babuinos de Guinea,
que paren como los conejos. De osos y leones
tampoco hay demanda. últimamente son los
felinos - los linces, panteras y pumas - las
víctimas de falta de alojamiento.
Para una cobaya gigante patagónica nadie
hace esfuerzo.
A veces, una especie se pasa de moda
Los zoológicos se mandan informes de desiderata
y especies sobrantes, según
el programa de intercambio. La información
es confidencial y lógicamente interesantísima
para los comerciantes de animales.
Las listas de surplús son largas. Un director
de zoo cuenta: "A veces pasas años
queriendo soltar cierta especie, sin resultado."
Hay causas obvias del surplús. "Los
zoos quieren más grupos de una sola especie.
Eso significa que ya no hay espacio para otras.
Y luego eso que se pasan de moda. El oso, los chimpancés
y ciertas especies de mono se consideran atracciones
antiguos," dice un comerciante de animales.
Y los programas de cría EEP. Un zoo que
participe en uno, obtiene cierto nivel.
Los zoo sustituyen sus animales bastardos por ejemplares
de pedigrí. Los bastardos se van a un parque
pequeño, menos conocido, o al extranjero.
A un parque en áfrica o Europa del Este,
o sencillamente con un comerciante, vivos o muertos. "Si
el realojamiento resulta demasiado caro, los sacrifican.
La solución más barata es la que
les vale. Muchos parques tratan con problemas económicos," añade
el comerciante.
Degeneración
La cantidad de bastardos y endogamia en los
zoos europeos es enorme. Incluso hay cruces de
leones y tigres. Quedan pocos animales genéticamente
parecidos a los congéneres salvajes. El
director de antes: "Hemos criado desordenadamente
durante décadas. Estábamos contentos
de tener una pareja fértil por lo menos.
Por eso ocurre que hay muchos bastardos de todo
tipo. Lo que hacemos ahora, es dejar que se extinguen
uno por uno."
Sobre todo sobran bastardos jirafas, cebras y leones.
En cierto zoo de buena fama siguen naciendo
leones bastardos. "Pasamos años
queriendo soltarlos," dice el gerente, "No
nos interesa quedarnos con especies poco populares."
Es el dilema del zoológico moderno
Aspiran conservar especies, en proyectos ′Arca de Noé′. Pensando
que cuando extinga un animal en estado salvaje nos quedan los que están
criados en un zoo para realojarlos en un parque natural. Por lo tanto, pretenden
conseguir animales genéticamente semejantes a los congéneres salvajes.
El realojamiento en estado salvaje, sin embargo, resulta complicado. Muchos proyectos
de realojamiento fracasan.
Los bastardos sobran. Los grandes parques ya han
reducido la cantidad a la mínima, por medio
de exportación y eutanasia. En los pequeños
parques todavía quedan muchos. Un veterinario
dice: "El cruce de tigre y león es el
ejemplo más claro. Un feto de la naturaleza.
Y los mapaches, que genéticamente son un desastre.
Esos están en construcción cementerio.
Sacrificar todavía no hace falta, porque no
hace falta el espacio que ocupan. Pero los abandonan
a su suerte, dejándolos para los cuidadores
que están implicados emocionalmente".
Un león bueno es un león muerto
Por otra parte son muchos los parques que crían
mapaches. Los comerciantes han descubierto un
mercado: el mapache como animal doméstico.
Un león bueno es un león muerto,
según el comercio. También tigres
y osos suelen valer más muertos que vivos.
En Bélgica trabajan compradores de animales
que recogen animales en toda Europa.
En Lieja se encuentra el almacén de Jean-Pierre
Gerard. En una barraca al borde de la ciudad
mata leones, tigres, osos y antílopes.
La carne de oso, en Alemania del Este, se considera
una exquisitez, como también la del antílope.
Son desollados y las pieles son vendidas.
La empresa de Jacques Boute en Venlo (Holanda
del sur) diseca cabezas de animales y fabrica
alfombras de las pieles. Con las alfombras viene
el certificado de 'procedente de animal nacido en cautividad'.
Otro es Louis Lenaerts, en Bélgica, uno
de los comerciantes más grandes. Si puede
vender un animal o si lo ve cualificado para
la cría, lo deja vivir. Si no, le pega
un tiro (con un calibre menor, para no dañar
la piel). Las pieles las vende. ¿Un león
disecado? "Claro. Por 2500 euros."
Lenaerts compraba animales de zoo. Desde que
salió en televisión en el reportaje
sobre estas prácticas, quedan pocos que
quieren tratar con el.
Sin embargo, según la ley no hace nada
ilegal. Sólo una vez le pudieron imputar
algo. La policía lo cogió matando
tres tigres jóvenes. Le dieron una multa
por falta de permiso de matanza.
El motivo para comerciantes como Lenaerts es dinero,
mucho dinero. Tom de Meulenaar, del despacho de
Traffic Europe (que investiga el tráfico
de animales exóticos) sabe lo lucrativo
que es el comercio de osos y tigres sobrantes. "Animales
del surplús son todo un comercio. Aún
más lucro está en los productos derivados;
las pieles, los huesos y los órganos. Las
pieles van al disecador y las carcasas van a China
o Taiwán para la producción de medicina
tradicional." Huesos de tigre valen
1500 dólares el kilo. La bilis de oso vale
más que la cocaína.
La WWF calculó que un solo tigre produce para 500.000 euros en productos
derivados. Un inspector del servicio de inspección corrige: "Unos
120.000 euros, más bien dicho."
Un león no es tan interesante como un tigre.
El disecador: "Compro las pieles por 1500 euros.
Por una alfombra con fondo de lino cobro 2500. Un
animal disecado en cualquier posición
cuesta 4000 euros."
Tres leones, dos osos y un tigre - pieles con cabeza - nos
miran desde el mostrador. Al lado, con las patas
levantadas, hay un león muerto sentado. "Animales
sobrantes de parques zoológicos",
dice Boute.
Las reglas CITES para especies amenazadas
El filial del ministerio de agricultura
está enfrente de la estación de
trenes. Allí sede el departamento que
vigila las reglas del convenio CITES, tratado
internacional sobre las especies amenazadas.
Un pequeño equipo controla el comercio.
Investigan cada petición de permiso, utilizando
varias listas numeradas. En la lista número
uno están todas las especies prohibidas
para la venta. Tigres, monos, linces, antílopes,
pájaros y anfibios. Lista número
2 informa de las especies de comercio limitado:
lobos, zorros, antílopes, monos, pájaros
y el oso hormiguero.
Resulta que los zoos neerlandeses tienen una
posición excepcional. En el año1994
tuvieron exención total en cuanto a la
tenencia y la cría de especies protegidas.
En cambio, están obligados a presentar
un informe anual sobre la cantidad de animales.
La administración del ministerio resulta
pobre. Los informes están incompletos
o simplemente faltan. Algunos zoológicos
no han presentado ni un informe desde el año
de exención. En cambio, sí pidieron
muchos permisos de exportación.
Otros zoológicos parecen que nunca han
pedido permisos. Un zoo sólo pide permiso
para el comercio de animales muertos.
Las listas anteriores del año 1997 no están
a disposición, 'por razones técnicas'.
Por lo visto, un nuevo programa informático
ha borrado la información. Un empleado de
la oficina se encoge de los hombros. El control
de los zoológicos no tiene prioridad,
el departamento tiene que tratar 13.000 peticiones
al año.
¿No pudiera ser mejor el control?
Porque
examinando los papeles, encontramos muchos casos
extrañas. Un zoo pidió permiso
para la exportación de once chimpancés.
Pero el informe anual del mismo año no
presenta ninguna exportación en absoluto.
Comprobando el permiso, resulta que el destino
fue un laboratorio de la universidad de Zürich,
poniendo: "10 cadáveres de chimpancés.Objetivo:
Ciencia". Fueron destinados para la
investigación genética. Otra petición
del mismo zoo es de poco después, esta
vez para la exportación de catorce chimpancés.
Además mandaron seis primates protegidos
a un centro de primates de la misma universidad
de Zürich, dice el director del zoo. "No
para pruebas biomédicas, sino para investigación
de conducta."
Otro ejemplo. Un zoo pidió permiso tres
veces en un año para la exportación
de monos con destino Polonia y la República
Checa. Comprobando 'el permiso nº 10593',
resulta que fueron mandados al zoo de Pilzen, pero
con finalidad comercial. Algunos zoológicos
venden animales a coleccionistas. Por ejemplo,
un jeque de petróleo de los Emiratos árabes
Unidos. Le venden una especie de antílope
sumamente rara, el oryx árabe. Un antílope
blanco, extinto desde principios de los años
setenta. No se trata de un proyecto de realojamiento,
como en Omán. El jeque ya posee cuatro oryx en
su finca, registrados en el banco de datos ISIS,
que controla mundialmente las colecciones privadas
de animales protegidos.
Por conservación de la naturaleza los
zoológicos prefieren no sacar animales
del ámbito natural. Pero son listos. Un
ejemplo: un parque de primates quería
conseguir monos bonobo, una especie rarísima.
Sólo quedan cien de ellos viviendo en
cautividad. Lógicamente no hay ni un zoo
que los suelte. Por lo tanto los precios suben
a unos 500.000 euros el ejemplar.
La suerte le tocó al director del parque
de primates cuando pude comprar seis bonobos
en Zaire. Eran animales de laboratorio en un
instituto de investigación biomédica
en Kinshasa. Más bonito no hay: animales
salvados de un laboratorio cruel. ¿O se
trata de un rodeo quizás, para obtener
animales salvajes?
El permiso nos ayuda. Debajo del titular 'Orígen' viene
la letra 'W', de 'Wild',
que significa salvaje. Quiere decir que los animales
han sido sacados de su ámbito natural.
Es un viejo truco. Hace años, otro zoológico 'salvó' a
siete gorilas de las manos de un comerciante
en Camerún. Costó 120.000 euros.
Fue un escándalo internacional. "Vinieron
de un ambiente sospechoso", reconoce la
dirección del zoo. "Nos pidieron
el favor de acogerlos, lo que nos encantó."
Otra operación de un zoo holandés
es la del primate más amenazado, el tití león
dorado. No hay más que cuatrocientos viviendo
en estado salvaje. A través de este zoo,
seis de ellos desaparecen del banco mundial de
datos ISIS en el año 1998, cuando el zoo
los exporta a la República Checa.
Europa del este es afamado por la venta de todo
tipo de animales. Los parques zoológicos
no llevan registro, excepto el zoo de Praga.
Sólo les queda uno de los tití dorado. "Siguen
allí los seis. Acabo de llamar esta mañana," nos
asegura el director del zoo que los mandó.
No entiende que es imposible, ya que dos animales
murieron en el viaje, como está en el permiso. "De
verdad que he llamado."
Un comerciante extranjero explica: "Esos
monos son tan rarísimos, que el destino
de Praga no suena muy lógico. Los mejores
parques pagarían su peso en oro." De
la exportación de ocho monos japoneses a
Ucrania se ríe: "Nadie los quiere.
No hay explicaciones para un transporte tan caro,
sólo dumping. Por eso los animales se van
a Bulgaria o Egipto; aquellos zoos nunca se llenan."
De la administración de exportación
resulta que los países del Este son populares.
El veterinario: "Es una elección.
Claro que allí el alojamiento es peor. Pero
también la gente está peor".
La eutanasia, según la
versión oficial, no se practica.
Sólo en casos de vejez o enfermedad terminal. Sin
embargo encontramos cantidad de fallecimientos
extraños. Una loba parió seis cachorros,
y murieron todos, según el informe anual.
Nacieron diecisiete críos antílopes,
todos murieron. Nada menos que treinta y tres
críos de cabra fallecen. Un manjar para
los predadores, reconoce uno de los zoológicos.
En otro nacieron seis cachorros leones completamente
sanos de los que ninguno siguió vivo
hoy en día. Una chita parió una
camada de seis cachorros preciosos que murieron
todos, como también desaparecen dos chitas
adultas. En la lista de muertes del zoológico
en cuestión pone: Cinco machos y una
hembra: DESTRUIDOS. El último animal
simplemente desapareció.
En la lista de muertes de otro zoológico
vemos que muere un grupo entero de coatíes.
Tres llegan al congelador, el resto sigue dos meses
después.
Fallecimientos por exceso de población, dice la dirección.
En la larga lista de muertes (cada mes 15 animales aprox.) encontramos a los
lobos por los que se preocupaba el colaborador del refugio de lobos. Seis cadáveres.
Tres disecados, con una cabeza luciendo en la pared.
Los animales corren peligro en un zoológico. Eso está claro.
Los zoos tampoco informan de las causas de muerte, según las normas.
Se hace mucho para prevenir la extinción de una especie, conforme las
reglas CITES, de animales salvajes. Con los animales nacidos en cautividad sin
embargo se hace cualquier cosa.
Dentro de Europa, se necesita un certificado para tener animales como los de
la lista nº 1. Para los de lista nº 2, el tráfico es libre.
Fuera de Europa es preciso más papeleo, pero teniendo el certificado de 'nacido
en cautividad' no hay problema. CITES claramente sólo existe para
limitar el comercio. Quien quiere disecar un animal protegido por lo visto es
libre de hacerlo.
Traffic Europe, la organización que estudia
el tráfico de animales protegidos, se
preocupa por el destino de los animales en parques
zoológicos. El director de Traffic Europe
en la oficina principal en Bruselas, Tom de Meulenaar,
dice: "En la ley hay unas lagunas enormes.
Controlan bien el trato de animales salvajes.
Pero las reglas para animales en cautividad son
un desastre. Por eso hay mucho fraude.
Con un animal de zoo puedes blanquear fácilmente
a un animal salvaje. Con un animal salvaje dispones
del material genético perfecto para la
cría. Además puedes intercambiar
o venderlo sin restricciones."
Quien inscribe un tal animal en el libro genealógico
de la EEP (European Endangered Species Program)
está bien recibido.
Los viejos y feos animales, los bastardos y los
animales de sexo no deseado, se cambian sencillamente
por animales de 'mejor calidad'. Incluso
los microchips no son problema; se le quita al
animal muerto y se le pone al animal salvaje.
Los directores de zoo reconocen que el tráfico de animales salvajes mueve
mucho dinero. Si a un zoo del Este se le ofrece una suma de 50.000 dólares
por un animal, no resiste. Significa tal fortuna, que mantendría al parque
entero durante un año.
Incluso se ha visto tráfico de especies 'falsificadas'. "Hay
un comerciante que compra panteras que se parecen a la especie de la pantera
siberiana, de la que quedan unas decenas sólo. Las lleva a Corea del Norte,
donde se les dan un certificado falso. Después las venden por mucho dinero," informa
un director de zoo.
En Holanda, los comerciantes siguen con el oficio. "Recogí unos
osos hace poco tiempo y los llevé al disecador," dice uno. Conoce
los osos de las que se preocupaba la cuidadora anónima de antes. "Aquellos
osos también vendí al disecador." El director del zoo en
cuestión dice: "Me dijeron que irían a un zoológico
belga."
El director del zoo de Amsterdam llegó a las
noticias diciendo que existían dos razones
para dejar parir a los animales. Uno: tener cachorros
es divertido. Dos: los puedes partir en partes y
venderlos a la industria de medicina china, lo cual
salvaría la vida de animales salvajes. El
director fue reprendido fuertemente. Sin embargo,
su manera de pensar es típica. Más
y más zoológicos sacrifican sus camadas.
Uno dice: "Todavía no es ninguna regla.
En Dinamarca ya es la práctica diaria. Hoy
en día me atrevo a defenderla. El director
del zoo de Amsterdam lo dijo un poco fuerte, pero
la idea es la misma. Tenemos que explicarle al público
que la muerte es parte del juego." El
veterinario: "No tiene que haber secretos.
Los parques zoológicos tienen que ser abiertos
sobre este tema."
Al servicio de inspección no gusta en absoluto. "Mi corazón
sencillamente dice que no es justo. Pero no podemos hacer nada, porque las reglas
no lo prohíben."
El director del zoo de Amsterdam no quiere más publicidad. Los patrocinadores
que simbólicamente adoptaron animales suyos enfurecieron al enterarse
de sus palabras. Ahora dice: "Holanda todavía no está preparado.
En los Estados Unidos incluso está prohibido echar ratones y grillos vivos
a los predadores. Hay una diferencia muy grande entre lo que la gente cree admisible
y lo que hacen ellos mismos en su vida privada. En el comercio al por mayor
ya hay cinco tipos de solomillo de antílope. Y cola de cocodrilo. Eso
sí les gusta."
Al lado del refugio de animales exóticos hay un pequeño garaje. Dentro están metidos
en cuarentena los cinco babuinos de Guinea. "Una
cosa asquerosa," dice el director del refugio. "El
con la lengua fuera está mentalmente retrasado.
El otro tiene el tórax en quilla, no lo he
visto tan fuerte en mi vida." Suspira. "Esto
no tiene buena pinta." El origen de los babuinos
todavía es desconocido. El director del refugio
opina que problemas de este tipo seguirán
existiendo, si no imponen la obligación de
registro para cada animal. "Es horrible que
los zoológicos matan a los animales que lucieron
una temporada antes. O que los mandan a un laboratorio
ruso donde se quedan con electrodos en la cabeza." Una
semana después llegan los datos que faltaban.
Casi seguro que los monos vienen de Bélgica. "Nos
dieron el nombre del comerciante Lenaerts." La
peor noticia es el resultado de las pruebas médicas. "Un
animal tiene el peligroso virus herpes-b. De los
otros lo sospechamos también. Si uno de ellos
le escupe a una persona, esa persona morirá seguro.
Es una enfermedad irreversible." El comerciante
de 34 años ha corrido mucho riesgo. Lo que
va a pasar con los monos es la cuestión. "Tenemos
que meditar bien la cosa. Igual resulta mejor sacrificarlos.
Un animal con herpes es muy peligroso."
La cuidadora anónima nos llama por teléfono.
Llora. "¡Han asesinado a mi pantera! ¡Le
han metido una inyección letal!" "Sí," dice
el zoo. "Era un bastardo. No tenía
mucho público."
"¡Qué cochinos!" dice el empleado de la
fundación Pantera, a unos cincuenta kilómetros del zoo. "Nosotros teníamos
sitio, lo sabían." Hasta allí el tema de los zoológicos.
En las granjas educativas ocurre lo mismo.Mándanos tus informaciones sobre los zoológicos
Españoles.